Bienvenidos, mi nombre es Roque Joaquín Hernández Gómez, caporal de esta danza que se formó un tiempo después del año de 1979 cuando ya existía un grupo de danzantes voladores, fue que inicie a la edad de 9 años aquí en el pueblo de Cuetzalan comenzó cuando mi maestro Antonio Echeverría me invito para que yo formara parte de su grupo, subí al palo venciendo mis miedos lo cual fue un éxito, después confeccione mi traje y comencé a danzar con ellos en fiestas de los pueblos cercanos en donde amanecíamos danzando, desde ese entonces me di cuenta que llevaba dentro de mí un gran amor por esta danza.
Los voladores
Voladores “mensajeros del sol”
La danza de los voladores, uno de los más celebres juegos que se efectuaban en México prehispánico, han dejado múltiples testimonios los principales maestros indígenas de la sierra norte del estado de puebla y otros estados.
La fecundidad se inicia cuando el sol se encuentra en el cenit, la diosa tierra los recibe ante Tlálolc dios del agua. Esta danza en la cual solo participaban hombres seleccionados y entrenados para diferentes fiestas rituales y ceremoniales también por ser rito prehispánico se hacía solamente cada 52 años que cuentan de un siglo prehispánico. Esto se verifica en las trece vueltas que dan, o que aun, tomadas todas juntas de los cuatro lasos separados dan 52 para dar con ese número.
Los voladores no visten ya los vistosos trajes de aves mensajeras del cielo ahora su traje se compone de una camisa blanca sobre la que se anudan transversalmente del hombro izquierdo al derecho de la cintura una media luna de tela roja con flecos blancos decorados con bordados de shakira, lentejuela, flores, pájaros y otros elementos ceremoniales; un calzón blanco sobre el que visten otro más corto de color rojo con flecos en la parte baja, sobre el calzón se coloca un delantal igualmente decorado con bordados y flecos, calzan botines y sobre la cabeza una corona con espejos y flores que rematan con un abanico multicolor, listones favoreciendo los doce meses del año.